La Ermita del Roble , está consagrada a la Virgen del Roble, patrona de Cenicientos, donde permanece su imagen durante todo el año.

Fue construida en el siglo XV y sometida a continuas remodelaciones hasta lucir el aspecto actual, esta no ha sido la única ermita que tuvo el pueblo, ya que durante la epidemia de peste que se inició en el 1598 se recogen en diferentes archivos la existencia de hasta cinco ermitas, habiendo desaparecido cuatro de ellas y quedando solo la que podemos visitar en la actualidad. Edificada en sillería, presentaba tres naves cubiertas con bóvedas separadas por arquerías sobre columnas cerrándose en el crucero con un cimborrio.

Situada en la calle de la Ermita, en sus jardines encontramos lápidas del antiguo cementerio del pueblo, conservando incluso algunas inscripciones, así como la Cruz situada debajo de un gran roble símbolo de la Patrona de la localidad.

La leyenda de la Virgen del Roble, patrona de Cenicientos cuenta: «las gentes del pueblo ocultaron en el hueco de un roble la Virgen y la taparon después con hojas secas. Cuando retornaron ya no se acordaban en dónde habían escondido a su Virgen hasta que un día unos pastorcillos, estando guardando sus ovejas, se pusieron a recoger leña y, en el tronco viejo de un roble apareció la imagen tal y como la habían puesto cuando la escondieron».

En las inmediaciones de la Ermita de la Virgen del Roble podemos encontrar esta fuente, un bonito, rincón para hacer un descanso mientras observamos algunos detalles, como la representación de la Virgen subida sobre el roble, con la ermita detrás de ambos. La fuente del Roble, edificada en piedra, está compuesta por un cuerpo central donde se ubica el caño de agua, que brota del manantial que recibe el mismo nombre, y también el abrevadero construido de este mismo material.

Antiguamente, de esta fuente se abastecían de agua los vecinos y también daba de beber a su ganado, lo que acabó convirtiéndola en un punto de reunión.