Las vías pecuarias son las rutas tradicionales usadas por el ganado trashumante, para sus movimientos estacionales en busca de los mejores pastos y, a tal efecto, ya estaban protegidas desde la creación del “Honrado Concejo de la Mesta” por el rey Alfonso X, en el año 1273. Las vías pecuarias constituyen un extenso y valioso patrimonio natural y cultural que, pese a su deterioro, sigue siendo clave para el tránsito ganadero. Las vías pecuarias pueden cumplir un importante papel para el fomento de los usos turístico-recreativos y el desarrollo rural. Las vías pecuarias identificadas en Cenicientos son: el Cordel de San Juan y Colada del Camino Real de Escalona Declaración de la Trashumancia como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad La trashumancia ha sido tradicionalmente un mecanismo de intercambios culturales entre los diferentes territorios de la Península. A través de la amplia red de vías pecuarias, se produjo la transmisión de noticias y conocimientos, resultando que a lo largo de los diferentes territorios se genera una cierta homogeneidad cultural derivada de las interrelaciones sociales y culturales que este pastoreo producía. Imagen en el mensaje Ruta del Encinar: de 18 kilómetros, que discurre entre huertas y encinares. Se parte del Cadalso de los Vidrios, encuentra a su paso la villa de Cenicientos en las faldas de la Peña del mismo nombre, para regresar, de nuevo a Cadalso, por las faldas de otra peña, la Peña Mundana. Es una ruta circular en la que podremos disfrutar de alguno de los pocos ejemplares de madroño en la Comunidad de Madrid.